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  • Foto del escritorOrti Ortiz

Breve conceptualización del término trabajo

La economía feudal era un sistema de producción agrícola caracterizado por la relación existente entre la figura del soberano y la del siervo donde el primero garantizaba protección física y política a cambio de que el segundo labrara “los campos del señor en aras de proveerle de alimentos así como al resto de residentes de su señorío” (Pietrykowski, 2021, pág: 18). Los vasallos “recibían parcelas de tierras para cultivarlas y satisfacer las necesidades de sus familias después de pagarle al señor su arrendamiento en forma de productos agrícolas” (Pietrykowski, 2021, pág: 18). Y, en caso de que el siervo cosechara más alimentos de los necesarios, éste tenía la potestad de vender en el mercado los excedentes de su cosecha (Pietrykowski, 2021).

El vasallo no concebía la actividad que desempeñaba como trabajo, en el pensamiento medieval, este tipo de faenas eran comprendidas bajo “el sustantivo labor, asociadas con el esfuerzo y la pena” (Scavino, 2022, pág: 273). Y es que, previamente a la vinculación del trabajo como “actividad desplegada con vistas al intercambio mercantil” (Gorz, 1995, pág: 180), trabajar “no tenía ni el soporte conceptual ni la incidencia social” (Naredo entrevistado por Abasolo, 2009, pág: 247) de nuestro contexto[1].


La antigua Grecia deviene en otro fantástico ejemplo de sociedad no estructurada por el trabajo donde no existía una palabra equivalente a la noción actual de trabajo (Naredo, 2013). Su visión atomizada de las actividades suscitaba la concreción de vocablos que “no tienen equivalente en nuestras lenguas y que reflejamos uniformemente por [trabajo] esclavo[2]” (Naredo, 2013, pág: 14). La palabra ponos era utilizada para designar una actividad penosa relacionada con el esfuerzo y la fatiga. El vocablo ergon, en cambio, era empleado para referirse a obra, trabajo o cosa hecha. La naturaleza de ambos términos, aún cuando éstos estaban relacionados con la concreción de tareas ordinarias, no puede corresponderse con el entendimiento moderno del término trabajo debido a que ninguno de ellos era equivalente ni a “la obtención y el abastecimiento de bienes y servicios, [ni a] la realización personal y la relación social” (Naredo, 2013, pág: 14).


Tampoco en latín existía un vocablo similar a lo que hoy entendemos por trabajo (Naredo entrevistado por Abasolo, 2009). El término que da origen etimológico al verbo trabajar deriva de la palabra románica tripaliare (trabajar) proveniente del término tripalium (trabajo). El sustantivo, que designaba “un potro de tortura dotado de tres palos” (Naredo, 2013, pág: 15), era “una especie de yugo que se empleaba para la tortura y castigo de esclavos u otras personas privadas de libertad” (Kurz, 2018, pág: 45-46). La otra acepción vinculada a la realización de actividades centradas en la subsistencia y el abastecimiento era la de labor, cuyo verbo era laborare. El vocablo significaba “sufrir una pesada carga y se refería, en síntesis, a los padecimientos y vejaciones de los esclavos” (Kurz, 2018, pág: 45).


La mayoría de las sociedades esclavistas poseían un holgado vocabulario que referenciaba distintas condiciones de servidumbre (Naredo, 2013), todas ellas vinculadas con quehaceres “indispensables para el mantenimiento y la reproducción de la vida de cada uno” (Gorz, 1995, pág: 25). Pero, en ningún caso, comprendidas como actividades “medidas en unidades de tiempo y dinero a las que se le atribuía alguna producción” (Naredo, s.f., pág: 4), ni entendidas como causa para la “integración social” (Gorz, 1995, pág: 26). Así, la idea misma de trabajo en sentido contemporáneo era inconcebible en los contextos citados: hasta el siglo XVIII, cualquier tarea esencial que garantizaba la existencia era interpretada como una “actividad de la gente sin poder decisorio, a los dependientes, los siervos y los esclavos” (Kurz, 2018, pág: 45).

Bibliografía

  • Gorz, A. (1995). Metamorfosis del trabajo. Editorial Sistema.

  • Diálogo entre José Manuel Naredo y Jorge Riechmann. Entrevistado por Olga Abasolo Pozas. Papeles de relaciones ecosociales y cambio global. Nº 108, pp. 147-161.

  • Kurz,R.(2016).Manifiesto contra el trabajo. Segunda edición. Barcelona: Grupo Krisis.

  • Naredo, J. M. (2009). Perspectivas sobre el trabajo en la crisis del capitalismo.

  • Naredo, J. M. (2013). Configuración y Crisis del mito del trabajo. Antes de que se inventara el trabajo. Colección Minianarquismos. Neurosis o Las Barricadas Ediciones.

  • Naredo, J. M. (s.f.). Configuración y crisis del mito del trabajo. Dossier de Galde.

  • Pietrykowski, B. (2021). Trabajo: un enfoque desde la economía política. Alianza Editorial, SA.

  • Scavino, D. (2022). Máquinas filosóficas (Vol. 577). Anagrama.

_________________ [1] “Pues la idea actual de trabajo, [...] se afianzó allá por el siglo XVIII, junto con el arsenal de conceptos que dieron vida a la noción usual de sistema económico” (Naredo, s.f., pág: 4). [2] “En el griego moderno la palabra dulia significa trabajo en general, como transposición directa de la palabra esclavitud (duleia) en el griego antiguo” (Naredo, 2013, pág: 15).

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